LA REGENERACIÓN(1@ Parte)

Publicado en 29 Agosto 2018

LA REGENERACIÓN(1@ PARTE)
 
La Regeneración Lectura clave: Juan 3:1-21 Lectura clave: Juan 3:1-21 ----------ooOoo---------  Pocos asuntos han suscitado mayor dificultad y perplejidad, que el de la regeneración, es decir, el nuevo nacimiento. Algunos hijos de Dios y discípulos de Cristo, que obviamente han nacido de nuevo, ignoran, o quizás, no tengan muy claro: cuál es su significado  y que se ha operado en ellos.  Algunos hijos de Dios y discípulos de Cristo (espero que pocos), si fueren a expresar sus pensamientos, dirían: ¡Oh, si yo supiese con certeza que he pasado de muerte a vida! ¡Oh, si supiese que he nacido de nuevo, qué feliz sería! ¡Y así permanecen día tras día y año tras año! A veces, llenos de esperanza, creen que el cambio se ha realizado en ellos, pero pronto abandonan tal pensamiento creyéndolo ilusorio. ¿Por qué ocurre esto? Porque juzgan el asunto por sus propios sentimientos y experiencia, en vez de hacerlo a través de la enseñanza de la palabra de Dios. Veamos: 1. ¿Qué es la regeneración? 2. ¿Cómo se produce? 3. ¿Cuáles son sus resultados? ----------oo0oo---------¿ ¿Qué es la regeneración Qué es la regeneración? ? Muchos, se figuran que es un cambio radical, operado por el Espíritu Santo, hasta que la vieja naturaleza quede exterminada. Pensar esto, cuanto menos es cometer dos errores: 1. El nuevo nacimiento no significa que la vieja naturaleza quede exterminada. 2. El Espíritu Santo no es una influencia o agente exterminador, es Dios que permanece en nosotros. Veamos, que dice la palabra de Dios,   con referencia a la naturaleza del hombre:  (Génesis 6:5) “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los 15
pensamientos del corazón de ellos era continuo solamente el mal” Las palabras: “ “todo todo” ”, “ “de continuo de continuo” ” y “ “solamente solamente” ”, excluyen toda idea de enmienda. (Isaías 1:5-6) “¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. Desde la planta del pié hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite” (Jeremías 17:9) “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?            Si pensáis que solamente me estoy refiriendo al Antiguo Testamento, veamos, que dice el Nuevo Testamento. (Juan 2:23-25) “Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía.  Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio, pues él sabía lo que había en el hombre” (Romanos 3:9-12) “¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos? En ninguna manera; pues ya hemos acusado a judíos y a gentiles, que todos están bajo pecado.  Como está escrito:  No hay justo, ni aún uno; No hay quién entienda. No hay quién busque a Dios.  Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quién haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.”       (Romanos 8-7) “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden.”           Podemos multiplicar las citas, pero no creo que sea necesario. Estas citas anteriormente expuestas, prueban que la naturaleza humana, es “ “corrompida corrompida” ”, cual “ “podrida llaga podrida llaga” ”, “ “inútil inútil” ” y “ “sin sin esperanza esperanza” ”. ¿Cómo entonces, podría reformarse y menos aún transformarse? (Jeremías 13:23) “¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal?”                El método divino, no consiste en reformar una cosa arruinada,
sino en crearla enteramente nueva. La finalidad del evangelio, no es la de mejorar al hombre remendándole su vestido viejo, sino proveerle de uno nuevo. La Ley y los mandamientos – que el hombre no cumplió – no surtieron efecto alguno. Por el contrario, el evangelio, nos revela a Cristo muriendo en la cruz, y clavando allí las ordenanzas que nos eran contrarias; presenta a Cristo, levantado de la tumba y ocupando su asiento a la diestra del Padre; y finalmente, nos declara, que todos los que creen en su nombre, son participantes de su propia vida y son uno con el Señor Jesús Cristo resucitado. (Juan 20:31) “Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.”  (Romanos 6:4-11) “Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva. Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.”  (Efesios 2:1-6) “Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad
de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.   Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,”  Es sumamente importante conocer claramente el asunto, porque si creemos que se operará un cambio paulatino en la vieja naturaleza, permaneceremos con ansiedad, dudas y temores. (Juan 3:6) “Lo que es nacido de la carne, carne es ...” Por la Palabra, entendemos, que Dios considera a la carne como muerta y se nos insta a “ “amortiguarla amortiguarla” ”, “ “subyugarla subyugarla” ” y “ “negarla negarla” ” en todos sus deseos y obras. (Gálatas 5:24) “Pero los que son de Cristo, han crucificado la carne con sus pasiones y deseos”         Aquí no dice, que los que son de Cristo tratan de mejorar y reformar su carne, sino que la han crucificado. ¡Y esto, lo realizaremos por el poder del Espíritu Santo; no en la vieja naturaleza sino en la nueva, capacitándonos para relegar al viejo hombre donde la cruz de Cristo lo han colocado: en lugar de la muerte! ¡Nosotros, no debemos esperar nada de la carne, porque Dios, no espera nada de ella! La regeneración es pues, el nuevo nacimiento; es la implantación de una nueva naturaleza; la formación de un nuevo hombre. La vieja naturaleza permanece con todas sus características, pero la nueva es introducida también, con todas sus cualidades y tendencias, más estas, son espirituales, son divinas y son del cielo. (Juan 3:6) “lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”   (2ª Pedro 1:4) “participantes de una naturaleza divina” Desde el principio hasta el fin, la regeneración, es solamente una obra de Dios. Dios actuó en la creación, en la redención y de igual modo, en la gloriosa obra de la regeneración. ----------ooOoo---------¿ ¿Cómo se produce el nuevo nacimiento Cómo se produce el nuevo nacimiento? ? “¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede
acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer?” ¡Es seguro que no! Y no sé, que mayor valor podría tener este segundo nacimiento natural comparándolo con el primero. Ni aunque naciese diez mil veces cambiaría algo, pues lo que es nacido de la carne, carne es. Pero lo que interesa, es la respuesta, al ¿cómo?: “el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” La expresión “ “naciere de agua naciere de agua” ” ha suscitado en todo tiempo discusión y controversia. Fijense: Comparemos Escritura con Escritura. (Juan 1:12-13) “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios”  Se deduce por este pasaje, que un hijo de Dios, un discípulo de Cristo, es alguien, que ha “ “nacido de nuevo nacido de nuevo” ”, que es “ “nacido de nacido de Dios Dios” ”. ¡Todos, los que por el poder de Dios el Padre, el Espíritu Santo, creen en el nombre de nuestro Señor Jesús Cristo, son nacidos de Dios! ¿Cómo puede alguien nacer de nuevo? ¡Debe, sencillamente, arrojarse en los brazos de Jesús y así habrá nacido de nuevo! Hay poder vivificante en Cristo, que revela la palabra de Dios y en la Palabra que revela a Cristo. (Juan 5:25) “De cierto de cierto os digo: Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán” Y para disipar toda duda en cuanto a que los muertos puedan oír, añade:  (Juan 5:28) “No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz”   Seguramente, os estaréis preguntando: ¿Qué relación tiene todo esto con “ “el agua el agua” ”? Tiene tanta relación, como para demostrar, que el nuevo nacimiento se produce como la nueva vida se comunica por la 19
voz de Cristo, la cual, es realmente la palabra de Dios, la Palabra de vida. Santiago nos declara, que somos engendrados por “ “la la palabra de Verdad palabra de Verdad” ” y Pedro manifiesta, que somos “ “renacidos renacidos por la palabra de Dios por la palabra de Dios” ” (Santiago 1:18 y 1ª Pedro 1:23) Es obvio, pues, que el Señor, al hablar de “ “nacer de agua nacer de agua” ”, representa bajo esta figura “ “la palabra de Dios la palabra de Dios” ” (Ezequiel 36:25-27) “Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra”                (Efesios 5:25-26) “... Cristo amó a la Iglesia, y se entregó por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la Palabra”               (Tito 3:4-7) “Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesús Cristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida  eterna” ¡Qué hermosos pasajes! Los israelitas mordidos, eran sanados con una sencilla mirada a la serpiente alzada; el pecador perdido, halla la vida mirando a Jesús crucificado. No se ordena a los israelitas, que miren su herida, sino a la serpiente. Del mismo modo, el pecador, no debe mirarse a si mismo sino al Señor y a éste crucificado. (Juan 3:14-15) “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”                (Isaías 45:22) “Mirad a mí y sed salvos...”             ----------oo0oo---------

Escrito por Asamblea Bíblica Ebenezer Burjassot

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